LA ECOGRAFÍA GINECOLÓGICA: CLAVE PARA LA PREVENCIÓN DE TU SALUD

Inauguramos nuestro blog sobre temas de ginecología. En este post vamos a explicaros la importancia de la ecografía ginecológica y como la utilizamos para detectar y tratar distintos problemas de salud que podeis tener a lo largo de la vida. En otra entrada hablaremos de la ecografía obstétrica y de su uso en el control del embarazo.

El ecógrafo se ha convertido en nuestros ojos en la consulta, y no es para menos. En la consulta casi siempre realizaremos una ecografía ginecológica, que es una prueba muy común que nos permite detectar multitud de problemas. Es posible que en tu caso acudas por un problema muy concreto que no necesite del apoyo de una ecografía, pero lo más habitual es que cuando os seguimos en consulta os la realicemos al menos una vez al año.

Normalmente se realiza vía transvaginal, aunque en aquellas personas que no han tenido relaciones se puede hacer mediante vía abdominal (apoyando la sonda sobre el abdomen). La transvaginal es un tipo de ecografía muy precisa en la cual introducimos la sonda dentro de la vagina de una forma segura, higiénica e indolora. Es por ello que la sonda está recubierta por una protección individual que se cambia entre cada paciente para maximizar la higiene, y además, se le añade lubricante para que no resulte molesta ni dolorosa.

Muy importante, ¿puedo orinar antes de la prueba? Cuando la realizamos vía transvaginal no es necesario orinar antes de la prueba, aunque lo podéis hacer si estáis más cómodas.  En el caso de la ecografía abdominal para las sí es necesario venir con la vejiga lo más llena posible para que se puedan ver mejor los órganos internos (la orina dentro de la vejiga hace como de “amplificador” de la señal y nos permite localizar mejor el útero y los ovarios).

El motivo por el que siempre que acudís a una revisión nos apoyamos con una ecografía es porque, junto con la información que vosotras nos dáis, nos permite detectar una gran cantidad de alteraciones y tratarlas adecuadamente. Con ello, podemos diagnosticar problemas como por ejemplo miomas o pólipos en el útero, quistes en el ovario, endometriosis, ovario poliquístico, malformaciones uterinas, baja reserva ovárica o un cáncer de útero o de ovario.

Recordad, la prevención es la clave, y la ecografía es una herramienta imprescindible para ello.

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